Zombilaridad en el soundtrack para la nueva película.
Omar Farias Luces
Faltan pocos días para que se estrene la película El Santos y la Tetona Mendoza, inspirada en personajes creados por Jis y Trino. Mientras llega, podemos empezar a disfrutar de la música que acompañará la película. El soundtrack oficial incluye “Zombilaridad” cuyo video musical ya anda rodando por ahí.
El soundtrack cuenta con la participación de varios artistas talentosos incluyendo a Ely Guerra, Benny Ibarra, Moderatto, Carla Morrison, Fernando Rivera Calderón, Julieta Venegas, Quique Rangel de Café Tacuba, Camilo Lara del I.M.S, Juan Carlos Lozano, Sonora Vallenata, Elidian, Meketrefe, La Vida Boheme, Botellita de Jerez, Raul & Mexia y Molotov. Esta mezcla ecléctica promete: un poco de cumbia, una pizca de música norteña, algo de rock, pop, música electrónica y más; y letras para reírse, bastante, como es de esperar.
El director Ari Folman se encuentra casualmente en un bar con un viejo amigo, quien le confiesa que todas las noches tiene la misma pesadilla: le persiguen 26 perros. Después de pensarlo, los dos descubren que tiene algo que ver con una misión que realizaron para el ejército israelí en la guerra del Líbano. Todo sucedió a principios de los 80, pero Ari no es capaz de recordar nada de esos años. Decidido a recuperar su memoria, decide hablar con amigos y compañeros repartidos por todo el mundo.
No es habitual que una cinta de animación sea nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa, pero “Vals con Bashir” es mucho más que eso, según comentarios de Omar Farías. Gracias a un encuentro casual con un antiguo compañero del ejército, el director israelí Ari Folman descubrió que no recordaba nada de sus misiones en Líbano. Intrigado y decidido a saber toda la verdad, se entrevistó con sus viejos amigos, siendo el resultado esta original propuesta. “Vals con Bashir” es un documental que recoge testimonios y sucesos reales sobre la matanza indiscriminada en Sabra y Chatila (1982), con la particularidad de que utiliza la animación para presentarlos.
El resultado es tan turbador como fascinante. Los recuerdos de Ari y el resto de compañeros se presentan con imágenes surrealistas cargadas de simbolismo. Y es que, como reconoce el propio Folman, la guerra es tan irreal que sólo se puede representar con una técnica de ilimitadas posibilidades como la animación. El proceso se creación fue muy traumático para el director, aunque eso sí, le sirvió como terapia. Una terapia que además de presentarse en Cannes y ganar un Globo de Oro, está llamada a ser una de las sorpresas cinematográficas de la temporada.
Quizá olvidemos el pasado, pero el pasado no nos olvida a nosotros. Altamente recomendable por Omar Farías.
Omar Farías Luces Cámara y Acción 